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Dolly y Bonnie
La chinche y el mal de chagas
La tuberculosis

 

Productos de la clonación

Dolly y Bonnie

Por: Azucena Villalobos

Un tema que ha resultado polémico y controversial, no sólo en nuestro país, sino en diversas partes del mundo, es también uno de los avances científicos más importantes de los últimos años. Se trata de la clonación y la oveja Dolly.

Luego de 8 años de arduo trabajo, tiempo en el que realizaron 277 experimentos, Ian Wilmut y su equipo de colaboradores del Instituto Roslin, en Edimburgo, consiguieron lo que parecía un sueño: crear un nuevo ser a partir de una célula de un animal adulto.

La clonación es una técnica mediante la cual se eliminan los genes del óvulo y en lugar del espermatozoide se introduce el núcleo de una célula obtenida del tejido de un individuo adulto. Posteriormente, se transfiere el óvulo con el núcleo transplantado a la matriz de la hembra para que se desarrolle.

Al nacer, el nuevo individuo tendrá los mismos genes del que donó el núcleo, y por lo tanto, será una copia genéticamente idéntica a éste. Como resultado de la aplicación de esta técnica nació la oveja Dolly, quien es una copia de su madre genética.

Una vez que se presentaron en la revista Nature (a principios de marzo de 1997) los resultados obtenidos de la clonación, de inmediato se presentaron las más variadas reacciones: unos aplaudieron y se mostraron satisfechos, mientras que otros condenaron y satanizaron el avance científico de la clonación.

Ahora después de un año Dolly vuelve a ser noticia, pues el jueves 23 de marzo parió su primer cría, una cordera que pesó 2.7 kilos a la que ya han puesto el nombre de Bonnie.

Bonnie, a diferencia de su madre, sí tiene papá, ya que Dolly fue apareada naturalmente con un carnero montañoso galés, con lo que los investigadores del Instituto Roslin demostraron que la llamada oveja clon es saludable y fértil.

Pero lo que preocupa de este avance científico es la posibilidad de experimentar la clonación en los seres humanos, lo cual ha provocado las más airadas protestas, no sólo de las autoridades civiles, sino también de las políticas y religiosas.

Acerca del miedo provocado por su trabajo, sobre todo en los sectores sociales menos informados, Ian Wilmut lo considera perfectamente justificado, pues dijo que su equipo ha recibido centenares de cartas de personas interesadas en un clon de ellas mismas.

He aquí el riesgo de la desesperanza humana: que la irresponsabilidad y la imprudencia desborden el uso de un conocimiento que tiene gran importancia para la humanidad y lo conviertan en un peligro para nuestra misma especie.

Clonación
Foto: Tim O’ Grien

Fuente: Internet

Hay quienes hablan de la posibilidad de la clonación como un método con el cual se podrían multiplicar genios, como otro Einstein o Mozart, pero ¿que tal un Hitler? El que técnicamente sea posible producir clones humanos no significa que se puedan duplicar personalidades, pues hay que recordar que la inteligencia y la personalidad del individuo no están determinadas por el DNA, o bien, no en un grado importante. El medio en el que se desarrolla una persona juega un papel determinante en la formación de sus aptitudes intelectuales.

No se debe olvidar que todo avance científico no es bueno ni malo por sí mismo.

Manuel Calvo Hernández en su libro Periodismo Científico escribe: "La ciencia nos ha salvado de epidemias y de enfermedades que solían propagarse de pueblo en pueblo y de país en país, diezmando las poblaciones a su paso ¿quién puede culpar a Pasteur por el hecho de que sus descubrimientos hayan sido pervertidos para construir armas bacteriológicas?

¿Puede nadie culpar a Rutherfor por haber transmutado el átomo, simplemente porque este descubrimiento condujo a la bomba atómica.? La ciencia produce nuevas teorías, las nuevas teorías producen nuevos instrumentos, y todo instrumento puede utilizarse tanto para la construcción como para la destrucción." Sin embargo, la búsqueda del conocimiento no se puede detener sigue su curso en forma natural, y lo más conveniente en el caso de la clonación es limitar jurídicamente su aplicación y vigilar la utilización de este tipo de conocimiento.

Y esto no es tarea sólo de los científicos sino también de la sociedad en general. Por lo pronto, únicamente nos queda tratar de mantenernos informados acerca de esta técnica y sus aplicaciones.


La Chinche y el Mal de Chagas

Por: Azucena Villalobos

 

Conocida por los habitantes de Centro y Sudamérica como Mal de Chagas, la trypanosomiasis americana es una enfermedad infecciosa provocada por un parásito llamado "Trypanosoma cruzi" que habita en el aparato intestinal de la chinche chupadora de sangre. Esta enfermedad puede ser transmitida de hombre a hombre y de animal a hombre.

La chinche chupadora de sangre tiene costumbres nocturnas y habita en las zonas geográficas ubicadas a menos de 1800 metros sobre el nivel del mar, principalmente en las zonas rurales.

Es posible encontrarlas en los rincones de las habitaciones, entre las grietas de los muros de adobe, en las piedras, los muebles y las habitaciones construidas con teja y palma. Durante la noche, las chinches salen de su escondite y se dirigen a buscar su alimento y a infectar a sus víctimas.

No sólo se alimentan de sangre humana y de sangre de animales domésticos como el perro y el gato, también les gusta la de animales silvestres como el armadillo, el tlacuache, el tejón, los roedores y los murciélagos entre otros.

Aparentemente la chinche es un insecto inofensivo para el hombre y los demás animales, sin embargo actúa como agente infeccioso ya que es portadora del microorganismo patógeno conocido como "Trypanosoma cruzi", causante del Mal de Chagas.

El "Trypanosoma cruzi" se encuentra en el intestino de la chinche y cuando este insecto chupa sangre de una persona o de algún animal defeca sobre la piel. Las heces fecales de la chinche contienen al microorganismo.

La persona que ha sido mordida por una chinche siente comezón en ese lugar y se rasca. Hasta el momento no se sabe con exactitud si el "Trypanosoma cruzi" infecta al organismo a través de la picadura de la chinche o lo hace la persona al rascarse. El caso es que el microorganismo,una vez que invadió el cuerpo, se dirige al torrente sanguíneo y de ahí al corazón, al cerebro, al hígado, a las fibras musculares, a los intestinos y al bazo.

Después de una semana de haber sido infectada, la persona siente los primeros síntomas del Mal de Chagas que son: la aparición e inflamación de los ganglios linfáticos, inflamación en el hígado, en el bazo y en la tiroides. La aparición de fiebre es común, lo mismo que la pérdida de fuerza física.

Si el "Trypanosoma cruzi" afecta al sistema nervioso, entonces el enfermo sufrirá una torpeza muy acentuada y un estado continuo de somnolencia.

Luego el Mal de Chagas puede volverse crónico, ser fulminante o evolucionar favorablemente. Esto significa que la persona afectada por el "Trypanosoma" puede morir en forma fulminante o en el mejor de los casos curarse.

En la actualidad se considera que la enfermedad de Chagas representa un problema de salud pública sobre todo en los países donde se considera endémica, ya que entre un 15 y un 50 por ciento de la población está infectada.

A pesar de que en México no existe un programa epidemiológico que permita conocer con precisión la incidencia del Mal de Chagas entre la población, sí hay datos que permiten darnos una idea de la magnitud del problema.

De acuerdo con un reportaje del Centro Nacional de Transfuciones Sanguíneas, hasta un 3.5 por ciento de la sangre que se encuentra en bolsas, lista para las transfusiones a los pacientes que lo requieren, está contaminada con el "Trypanosoma cruzi".

Otro dato alarmante es el proporcionado por un estudio realizado en el Hospital General de la Ciudad de México, donde se determinó que el 17 por ciento de las bolsas de sangre también están contaminadas con el parásito causante del Mal de Chagas.

Se considera que en la actualidad existen siete millones de personas que padecen el Mal de Chagas y casi 30 millones están bajo riesgo de infección en Centro y Sudamérica.


La tuberculosis

Por: Azucena Villalobos

La tuberculosis ha sido durante mucho tiempo una de las enfermedades más graves y extendidas en el mundo hasta el punto de considerarse como "peste blanca". Por un tiempo se creyó que esta enfermedad estaba erradicada, pero la tuberculosis está regresando.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa de origen bacteriano producida por el llamado bacilo de Koch ("Mycobacterium tuberculosis") el cual afecta a diversas estructuras del organismo, sobre todo a los pulmones, los riñones, los huesos y en menor medida a la piel y a diferentes partes del sistema respiratorio y órganos genitales. Se transmite de persona a persona por medio del aire, cuando una de ellas está enferma y tose o estornuda.

La distribución prolongada y regular del bacilo tuberculoso en la atmósfera, junto con su habilidad para sobrevivir como núcleos de gotas en el aire durante largos períodos, es lo que ha provocado el nuevo auge de la tuberculosis. Los síntomas generales de esta enfermedad incluyen: pérdida de peso, fatiga, anorexia y accesos de fiebre y tos.

En México al igual que en muchos otros países se trata de proteger a los menores con la vacuna de Calmette y Guerin (BCG), incluida en la cartilla de vacunación. Ésta se debe aplicar antes de cumplir un año de edad y sólo sirve para los niños pues en adolecentes y adultos no tiene mucho efecto.

La vacuna BCG es efectiva y protege por un período de quince años. No se conoce la razón, pero funciona mejor en algunas poblaciones que en otras.

Los expertos coinciden en el hecho de que la tuberculosis es curable, por lo que resulta desconcertante enterarnos de que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la tuberculosis causará 30 millones de muertes en los próximos 10 años.

El problema de los decesos consiste en que no todos los infectados por el "Mycobacterium tuberculosis" reciben el tratamiento, y quizá la mayor dificultad es asegurar que el paciente tome medicamentos, ya que la porción de los que olvidan tomarlos o dejan de hacerlo es alta. La ingesta irregular de medicinas puede no sólo conducir al fallo del tratamiento sino también a la aparición de organismos resistentes.

Si los medicamentos se toman de forma poco constante, los efectos colaterales suelen ser mayores y su efecto tiende a disminuir con el paso del tiempo.

Si bien es cierto que gran parte de la población está infectada con la bacteria causante de la tuberculosis, no todos los individuos desarrollan la enfermedad. Para saber si está usted infectado puede hacerse la prueba de la tuberculina.

Asimismo, puede obtener más información en un centro de salud o en el Departamento de Microbiología de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología de la UNAM, donde se realiza la prueba sin costo.


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